El mate
El mate no es una bebida.
Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida.
Una simple infusión, con sabor inconfundible que, incluso, si uno lo degusta seriamente, encuentra que no es rico.
Tampoco feo: es sólo mate.
En este país nadie toma mate porque tenga sed.
Es más bien una costumbre, como rascarse.
El mate provoca exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien y te hace pensar cuando estás solo.